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Centros culturales de Quilmes movilizaron en defensa de la cultura popular

Fueron más de cuatroscientas personas, donde se incluyeron diferentes espacios culturales del distrito, artistas y organizaciones sociales y políticas, las que marcharon ayer desde Rivadavia e Yrigoyen hasta la Casa de la Cultura en la denominada Marcha de Antorchas. Denuncian la persecución que el gobierno de CAMBIEMOS realiza con la clausura de los centros culturales populares, expresada en el veto a la ordenanza que los contempla y de la tenencia del Centro Pampero.

"Se desconoce nuestro trabajo y la decisión del gobierno de vetar estas dos cuestiones es política y no de meros elementos técnicos", señalan los organizadores de la medida. "Estamos acá reunidos por la cultura popular e independiente y vamos estar todas las veces que sea necesario".

Señalan además que el Secretario de Cultura, Educación y Turismo, Ariel Domene, intentó realizar una reunión ayer a último momento con todos los espacios culturales, aduciendo que tenían una nueva ordenanza. Esta será rechazada por los integrantes de los centros culturales hoy desde las 10 de la mañana, cuando se sesione en el Concejo Deliberante. "Tendrán que legislar con el Municipio vallado, no nos vamos a dejar atropellar, no vamos a permitir que ningún centro cultural se cierre", plantean.

Mientras los oradores se expresaban surgía la respuesta al unísono de los concurrentes: "Cultura de los pueblos, no de los gobiernos", mientras los artistas realizaban sus números de baile y de juegos de antorchas, lo que le daba calor y color a la fresca noche.

"Es maravilloso que la gente salga a apoyar la cultura", destaca Pablo Pizzinini, del Colectivo Cultural Quilmeño (CCQ). "Hemos logrado un marco de unidad muy importante y es para destacar. La política de ellos ha logrado la unidad de todos los centros culturales", afirma.

Pablo Marzano, del Centro Cultural Gleyzer, señala que para el gobierno "la cultura no es prioridad". "Hay varios indicios que muestran esto. Por un lado la unificación de la Secretaría de Cultura que incluye a Turismo y Deportes, lo que significa un presupuesto menor. Además no solo se ve en el estado de los espacios culturales que se autogestionan, sino también en la situación que atraviesan las escuelas, las universidades, los terciarios, es decir que se incluye la educación en su conjunto dentro de las políticas de ajuste del distrito, la provincia y la nación", argumenta. "Por otro lado, estas políticas se ven cuando todos los fines de semana nuestros espacios son hostigados y perseguidos por inspecciones, donde vienen a decirnos que no podemos funcionar pero desde el municipio no se brindan respuestas a los problemas que ya existen sobre la cultura en Quilmes, para que centros culturales que llevan años funcionando puedan seguir haciéndolo". En nuestro caso, el Gleyzer hace siete años que está abierto y hace siete años que es perseguido y judicializado por ser un espacio independiente y que no se alinea con ningun gobierno de turno".

"Después de que en el Concejo Deliberante se haya aprobado en pleno la tenencia de nuestro espacio, en reconocimiento de los trece años de aporte la cultura popular en Quilmes, nos enteramos de casualidad, de que el Ejecutivo la veta", plantea Alejandro Álvarez, del centro Pampero. "Detrás de este veto y del de la ordenanza, lo que se viene son las clausuras de todos los espacios. Pretenden no diferenciarnos de los boliches que hace lucro con la cultura y nosotros pretendemos todo lo contrario y lo demostramos en estos años de laburo".

De forma simbólica los manifestantes dejaron velas en la puerta de la Casa de la Cultura, en alusión a "la muerte de la cultura en Quilmes" y desmovilizaron, mientras recordaban que hoy desde las 10 de la mañana se concrentrarán nuevamente, esta vez en las puertas del Palacio Municipal.

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