En los últimos días el ministro de transporte Guillermo Dietrich informó que el gobierno nacional va a priorizar los trenes de larga distancia hacia Córdoba, Rosario, Mar del Plata y Tucumán, buscando asi que “empresas privadas presten servicios”. No hay nada bueno que rescatar de esto. Pero todo viene de larga data. Opinión, por Agustín Roca.
Así como en los ´90 en la Argentina se dejó de apostar por el transporte público y se vendió para la prestación de empresas privadas, hoy la administración de los trenes atraviesa un nuevo capítulo de vaciamiento que alarma a más de uno.
El gobierno nacional anunció, a través de su ministro de Transporte, que el estado tiene puesto los ojos solamente en las rutas de Rosario, Córdoba, Mar del Plata y Tucumán. Incluso esta afirmación es falsa ya que la ruta de Mar del plata hace mas de un año que dejó de prestar servicios. Y por ende hay pueblos del Gran Buenos Aires que comenzaron a quedar aislados del transporte más popular del mundo.
El problema de la falta de atención sobre los trenes en Argentina ya viene de años anteriores. En 2008 Nestor Kirchner anunciaba el inicio y finalizacion de la electrificación de la línea Roca, una obra prometida por más de 70 años que nunca se ejecutó. Este anuncio quedó solo en palabras, hasta que la ex-presidenta Cristina Fernández anuncio el préstamo internacional de 500 millones de dólares para llevar adelante la tan postergada electrificación.
Al avanzar con la obra, en septiembre del 2015, Florencio Randazzo anunciaba que a partir del 7 de ese mes el tren, en su ramal Constitucion - La Plata, dejaría de funcionar por tres meses con la promesa de que en noviembre la electrificación estaría cubierta de punta a punta. En su defecto, por la falta de trenes, se comenzaron a prestar servicios de colectivos para solventar los viajes de los y las trabajadoras. Pero se trata de un servicio marcado por la ineficiencia y lentitud. Con el tren diesel de La Plata a Plaza Constitución se tardaba un total de 80 minutos, con los "bonditrenes" el viaje tarda solo desde Quilmes a Berazategui unos 40 minutos reloj.
Pasaron los meses y la gente ya se fastidiaba por las promesas incumplidas por parte del gobierno. Al mes del anuncio del hoy "retirado" ex ministro, se estira la obra diciendo que para diciembre iba a estar completa, asi por varias semanas más. En pleno mes electoral, todo se aceleraba. Ya se daba por sentado que los trenes nuevos no iban a llegar a 2015 al ramal, pero Randazzo aún mantenía viva la esperanza de que para febrero de 2016 se terminase la obra.
Pasaron los meses, Macri ganó las elecciones y Cristina se despidió de su militancia. Y por fin llegaba la tan ansiada inauguración del tren Roca, no completo, parcial. Dias antes de dejar su cargo de presidenta, Cristina, inaugura en un viaje de Quilmes a Don Bosco, con los trenes chinos, el primer tramo de electrificación y prometía una vez mas que la semana siguiente a la inauguración, ya los trenes iban a prestar servicio. Pero, ¿qué pasó? Falla técnica sobre el tendido eléctrico y se cae la puesta en marcha.
Hoy en dia el servicio solo llega hasta Berazategui, un servicio regular, donde hay demoras, estaciones sin terminar, otras sin empezar y sin la subestación puesta en funcionamiento. Mal mantenimiento de los rodantes y nulo de las vias se suman a retrasos en las obras en generales.
Además de este contexto de pésima planificación del transporte publico, Dietrich anunció este ajuste a los servicios de trenes que trea varias consecuencias negativas. Se aleja así a los pueblos de la capital del país, trabajadores y trabajadoras que se quedan sin trabajo y remata el patrimonio popular a empresas privadas, que tomar la conceción de la mayoria de los ramales. Experiencias de este tipo terminaron por ejemplo en la Masacre de Once.
¿Volvemos a los 90? ¿En un problema de hoy o viene de hace un tiempo? ¿Privatizar para que ocurra otra masacre como la de Once?