La distribución jurisdiccional del gasto determina qué ministerios serán priorizados y cuáles relegados. En ese sentido el Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda es el más beneficiado en el Presupuesto 2017, al obtener un aumento del 52,4% en términos nominales con respecto al 2016. En momentos recesivos la intervención del Estado es importante.La construcción de obra pública no solo mejora la calidad de vida de las personas y abarata costos para las empresas sino que genera empleo, lo cual es fundamental para reactivar la economía. Por Pedro Gaite (Economistas de BASE).
Los gastos previstos para 2017
La distribución jurisdiccional del gasto determina qué ministerios serán priorizados y cuáles relegados. En ese sentido el Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda es el más beneficiado en el Presupuesto 2017, al obtener un aumento del 52,4% en términos nominales con respecto al 2016. En momentos recesivos la intervención del Estado es importante. La construcción de obra pública no solo mejora la calidad de vida de las personas y abarata costos para las empresas sino que genera empleo, lo cual es fundamental para reactivar la economía. Aunque tan sólo sea por el hecho de que el año que viene hay elecciones y no por haber reconocido la importancia del Estado como dinamizador de la demanda en momentos recesivos, el aumento en los fondos destinados a obra pública y vivienda son rescatables.
Los Ministerios de Producción y de Agroindustria, en cambio, se vieron fuertemente perjudicados al obtener un aumento del 0,8% y 2,8% respectivamente. Esta reducción tiene que ver principalmente con el desmantelamiento de programas de incentivo a la producción, lo que se explica por la lógica liberal del gobierno que considera que el sector privado debe quedar librado al libre juego de la oferta y la demanda, en la que sobrevivirán los capitales más productivos, incluso si son de origen foráneo. De más está decir que este retiro del Estado perjudica principalmente a las PyMEs que no están en condiciones de competir en igualdad de condiciones con las grandes empresas. La destrucción de las pequeñas empresas tiene un impacto directo sobre el desempleo pues son este tipo de empresas las que generan más puestos de trabajo.
Pero además esta lógica lleva indefectiblemente a una reprimarización de la economía. Asi como las PyMEs no pueden competir en igualdad de condiciones con los capitales más concentrados, la industria no puede competir de igual a igual con el sector agrario. Si el Estado no interviene en la economía dando incentivos a ciertos sectores estratégicos para el desarrollo del país por ser más intensivos en tecnología, agregar más valor, generar mayores eslabonamientos en la cadena productiva, sustituir importaciones o aumentar la capacidad exportadora, generar más y mejor empleo, etc. corre el riesgo de que el sector agropecuario crezca en detrimento del industrial, agravando los problemas estructurales del país.
En esta misma línea está el insuficiente aumento otorgado al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (del 15,3%). Si se pretende transformar la estructura productiva y acercarse a la frontera tecnológica en sectores en los que hay un rezago importante respecto a los países que están en la vanguardia técnica las actividades de I+D deberían ser una prioridad.
Otro punto saliente es la reducción del 17,9% en términos nominales presupuestada para el Ministerio de Energía. Esto se explica por la quita de subsidios pero también por la menor importancia que le da el gobierno al autoabastecimiento energético. Si la energía se puede traer más barata de afuera no tiene sentido impulsar inversiones públicas para ampliar la capacidad de generación de energía. La estrategia llevada adelante por YPF con el nuevo gobierno es una muestra de ello.
Otro ministerio fuertemente perjudicado es el de Cultura, cuyo aumento presupuestado es de tan solo 4,4%. El desmantelamiento de numerosos programas culturales y sobre todo el desprecio por la cultura popular que llevó incluso a reprimir en más de una ocasión a murgas barriales explican esta fuerte reducción en términos reales.
Por último, pero no por ello menos importante, hay que remarcar el aumento irrisorio para el Ministerio de Salud, de apenas un 4,9%. Semejante reducción en términos reales conduce al desmantelamiento de programas de salud pública y al deterioro edilicio y de servicio de los hospitales. La experiencia de Macri al frente del gobierno de la ciudad de Buenos Aires y el conflicto con distintos hospitales, como el Borda, son un antecedente claro de lo que se busca hacer ahora a nivel nacional.