Tras la Marcha Federal, que movilizó a más de 50 mil personas manifestando el repudio a las políticas del macrismo, nos comunicamos en el primer bloque del Enredando las Mañanas del lunes 5 de septiembre con Norberto Señor de ATE sur y la corriente político-sindical "Rompiendo Cadenas", para pedirle un primer balance sobre la marcha. Por RNMA.
"En el marco de esa lucha ir dando los debates que hacen falta acerca de quienes deben encabezar este proceso de lucha y abrir paso a una alternativa política que sea muy diferente a todos los que nos gobernaron hasta ahora.”
-¿Qué balance podés hacer respecto de la Marcha Federal?
-En primer lugar hay que señalar que fue una marcha muy importante, porque arrancó desde diversos puntos del país y, frente a la propia casa de gobierno, del principal responsable del ajuste de este crecimiento geométrico de la desocupación, de la caída del poder adquisitivo del salario, de la transferencia gigantesca de recursos a los más ricos de la Argentina y de los que, siendo de otros lugares del mundo, tienen negocios acá en el país, evidentemente fue una expresión de rechazo muy importante, muy masiva.
Y visto desde el punto de vista de los intereses de los trabajadores y del pueblo, por supuesto tiene ribetes contradictorios, pero en lo fundamental pudo canalizar una expresión de repudio a las políticas oficiales muy importante.
Después, por otra parte está el contenido que intentaron darle los principales organizadores. No se nos puede escapar que incluye de alguna manera la reivindicación del kirchnerismo, el subir figuras impresentables al estrado del acto y, obviamente, se encuentran juntos esos dos aspectos. Por un lado, y que es un poco con el que nosotros participamos de la marcha, la necesidad imperiosa de que seamos miles y miles quienes pongamos límites, pongamos frenos a estas políticas de ajuste antipopular. Y al mismo tiempo que tengamos la capacidad en medio de esa lucha de discutir, fraternalmente con quienes intervienen con mayor honestidad, y con mucha más fuerza y diferenciación con quienes de manera oportunista quieren reflotar y levantar a un gobierno muy desprestigiado que se fue hace poco tiempo de los puestos del Estado Nacional y de varias provincias y que en definitiva han sembrado de precarización las relaciones laborales y le han facilitado la tarea de alguna manera a este gobierno.
Pero, en lo principal, que es decir basta a tanto ajuste y ponerle freno al mismo, ha sido un hecho importantísimo, ha habido seguramente más de 50 mil personas, la inmensa mayoría laburantes, muchísimos del conurbano y también de otros puntos del país, y eso es lo importante, porque para frenar estos ataques del gobierno, no se va a lograr con acciones testimoniales, sino que se necesita de una masividad en las calles, y en el marco de esa lucha ir dando los debates que hacen falta acerca de quienes deben encabezar este proceso de lucha y abrir paso a una alternativa política que sea muy diferente a todos los que nos gobernaron hasta ahora.
-Pese a la fuerte presencia del kirchnerismo, no sirvió la marcha como punto de reconcentración o reunificación del kirchnerismo, ¿o sí?
-Todo eso está abierto a la situación política y se resolverá en el tiempo.
Habrá que estar muy atento al desenvolvimiento de nuevas luchas, lo que sí está claro es que no hay un panorama sereno ni para la burocracia sindical ni para las burocracias políticas que, en definitiva, la mayor parte de ellas intentan negociar cuotas de poder con el gobierno, muchas de ellas intentan garantizar la gobernabilidad, es decir, los acuerdos que le permitan a Macri salir adelante, con ese verso de que si le va bien al gobierno nos va a ir bien a todos…
Bueno, nosotros tenemos la plena convicción, y sabemos que compartida por amplios sectores populares, que cuanto mejor le vaya al gobierno, mejor de va a ir a las multinacionales, al capital financiero, al puñado minoritario de multimillonarios de la Argentina, y le va a ir muy mal a la clase trabajadora. Porque no es un error los 200 mil despidos que hubo hasta acá, no es un error la pérdida del poder adquisitivo del salario, es un objetivo del plan del gobierno que hay que derrotar, pero está claro que se han posicionado dirigentes que tienen que ver con el kirchnerismo y van a seguir trabajando para reflotar esa fuerza, sea detrás de Cristina Kirchner o de nuevas figuras, si logran aparecer en escena, pero están muy, también, en una crisis todos esos sectores burocráticos, más allá de la fortaleza de la marcha, porque en definitiva.. bueno, uno lo ha visto en el palco a Pablo Moyano, y creo que es positivo que los camioneros participen de una protesta contra el gobierno, pero sabemos al mismo tiempo cómo la estructura de camioneros de alguna manera le ha sido útil a Macri para llegar al gobierno y ha sido parte de una cantidad de acuerdos durante toda esta etapa, y así podemos señalar a otros sectores del sindicalismo, pero me parece que lo más importante es que se percibe y perciben esos sectores burocráticos, incluso de parte de esta burocracia política del peronismo, ese malestar social creciente, tan importante, que los obliga a tener estas contradicciones.
Mientras andan por los despachos oficiales tratando de hacer acuerdos y evitar la conflictividad, a muchos sectores no les queda otra alternativa, o tienen la decisión política, de enfrentar en las calles, de generar grados de movilización importante, y en definitiva, en esas contradicciones es donde se puede desenvolver y ganar conciencia un sector de masas que diga: es tiempo de decir basta, tenemos que salir todos, tenemos que organizarnos.
Y en ese sentido estas acciones, y las que van a seguir habiendo, permiten o dan un amplio margen para que haya debates en los lugares de trabajo, en las barriadas, en la organización de asambleas por abajo, coordinaciones, y esa es la apuesta, es decir, trabajar para unificar fuerzas, para discutir cómo podemos ponerle freno a esto, cómo hacemos que el retroceso parcial que tuvo el gobierno, la derrota que sufrió su decisión del tarifazo a rajatabla se convierta, digamos, en un hecho habitual, que cada vez que el gobierno vaya contra nuestros intereses con medidas concretas encuentre miles y miles de trabajadores, de vecinos y de sectores populares que le hagamos frente con la movilización y la lucha.
-¿Cuáles fueron los ánimos que percibiste en la marcha de los distintos sectores que participaron?
-Creo que en la inmensa mayoría es el repudio a una serie de cuestiones que hacen a la política del gobierno. En general hemos señalado estos aspectos económicos que hacen al nivel de vida de los trabajadores, de las trabajadoras, del pueblo, pero también, por supuesto, de la mano de eso están los hechos represivos que han existido y sin los cuales es imposible pensar que se puedan aplicar ajustes de semejante magnitud, es decir, no hay gobierno que pueda avanzar de la manera que ha intentado avanzar este gobierno sin meter miedo, miedo a perder el trabajo, miedo a perder la vida.
Ha habido represiones importantes desde la propia asunción del gobierno y muchas no se dan por la magnitud y la masividad, y por el gran costo político que paga el gobierno por hacerlo, pero, en definitiva, también se expresaba ese rechazo de conjunto a las políticas del gobierno, incluyendo su conducta autoritario-represiva.
Otro aspecto, que tal vez no ha sido masivo, pero son inmensos los sectores populares que vemos todo este realineamiento del gobierno como un gobierno alcahuete de las grandes potencias mundiales y en particular del imperialismo norteamericano. Un gobierno que, en definitiva, por más que trata de encubrirlo está claro que es un gobierno de ricos y de las grandes empresas y todo eso aparecía permanentemente, en esos cánticos contra el gobierno de los ricos, contra un gobierno que se lo puede emparentar en la historia con cualquiera de las dictaduras o con el menemismo.
Todo eso estaba en el ambiente, más allá de que por supuesto también hay que señalar una cantidad importante de columnas movilizadas desde el peronismo y en particular desde el kirchnerismo, que también le impregnaban esa intencionalidad política de la vuelta al gobierno de ellos, todo eso estaba en el ambiente, pero también había sectores combativos con distintas posiciones en la marcha, en el medio de la movilización y en varias de las columnas, y eso también expresaba una búsqueda de una salida en función de los intereses de los trabajadores y no volver a hipotecar nuestro futuro detrás de empresarios.
-¿Cuál es tu análisis de la cobertura que realizaron los diferentes medios de comunicación, los medios hegemónicos?
-Los grandes medios evidentemente son parte de una defensa del gobierno de Macri, a veces más abierta, a veces más velada, y en estos momentos en que el gobierno empieza a perder aceleradamente popularidad, empieza a sufrir reveses y empiezan a verse sus problemas, aún los grandes medios no pueden ocultar por un lado la magnitud de semejante marcha y por otro lado las supuestas torpezas o contradicciones que hay en el gabinete de Macri. Por supuesto siempre intentando presentar figuras de recambio dentro del propio Cambiemos, alrededor de que a Vidal siempre se la deja bien parada, aún cuando se critique a Macri o a su gabinete, y al mismo tiempo también sabemos todos que hay una operación muy fuerte pensando en que si esto se desgasta rápido Massa, con su ductilidad de hacer algunas críticas y ser el principal garante de todas las medidas que toma Macri en el parlamento y en su alineamiento internacional, etcétera, también se lo deja bien parado.
Pero en general los convocantes le han facilitado alguna tarea a los medios hegemónicos, porque que esté Boudou en un palco de una protesta popular y de trabajadores… Boudou está, en el lugar, completamente fuera de lugar. Un ricachón que siempre vivió de arriba, la verdad que no tiene nada que ver con una protesta popular y no era el único, una serie de ministros, intendentes, todo eso le ha facilitado a la prensa del establishment, a la prensa de las grandes empresas, en definitiva, a la prensa que catapultó a Macri de alguna manera a la posibilidad de ser presidente de la nación, le facilita las cosas para descalificar la protesta.
Y por otro lado están esos pequeños reductos que aún le quedan a la prensa más vinculada al kirchnerismo que también, en un juego de espejos, trata de presentar toda esta gran protesta y esta bronca social directamente asociada a ellos, y me parece que lo que ocurre es que ambas expresiones mediáticas ocultan algo que, desde nuestro punto de vista, no se puede expresar todavía en ese plano, pero que existe por abajo. Existe la bronca y existió una bronca anterior que de alguna manera se reflejó en la pérdida de votos, sobre todo en el conurbano, por parte del kirchnerismo duro con la candidatura de Aníbal Fernández y demás, pero que se expresa también en un fuerte rechazo a todas estas políticas de Macri. Todo eso todavía no tiene una expresión política, y al mismo tiempo los medios tratan de no reflejarla y expresar esa polarización, como si lo único que existiera en la Argentina es acompañar a este este gobierno, o pensar en algunas figuras que se equivoquen un poco menos pero que vayan con el mismo rumbo neoliberal, o al kirchnerismo, desprestigiado, desgastado, y que se lo presenta exclusivamente como sinónimo de la corrupción más absoluta, como si la corrupción no fuera inherente a este régimen político, a este sistema, a esta sociedad y no hubieran sido parte de los mismos mecanismos de corrupción todos los que han gobernado. Incluso en los últimos 8 años de gobierno de Macri en la ciudad de Buenos Aires, que por supuesto no escapan a esos hechos de negociados con la obra pública y demás.
-Hace mucho tiempo se viene hablando del paro general. En tu opinión, ¿nos estamos acercando o no a esa posibilidad?
-Y, hay muchas mejores condiciones. Y eso, hay que decirlo, no es algo que sea buscado por ninguna de las fracciones dirigentes de todas las alas de la burocracia sindical, que vale señalar que más allá de esta tan mentada reunificación, está profundamente fragmentada, porque está claro en ese triunvirato en que se expresan distintos sectores políticos, distintos intereses de fracciones empresarias, que es en última instancia lo que siempre representa la burocracia sindical. Y también por supuesto los fraccionamientos que hay entre las dos CTA y en especial dentro de la CTA que encabeza Pablo Micheli, donde hay que señalar el hecho vergonzoso de que directamente no convocaron ni a parar ni a movilizar dirigentes como Godoy, del sindicato de ATE, y todo ese sector que responde a Víctor de Gennaro, por decirlo de alguna manera, directamente, como lo hicieron el 2 de junio, con su silencio y con su inacción, con la excusa de las diferencias políticas con los convocantes, fueron la corriente más sectaria y que termina, de alguna manera, favoreciendo al gobierno, al desalentar una protesta masiva.
Pero el paro general, que ya se ha discutido en infinidad de asambleas en el país, y que no es querido por ninguno o por la mayoría de estos dirigentes, o en todo caso quienes lo pueden agitar como Pablo Michelli no tienen capacidad alguna de organizar un paro general real, lo importante es que se abrió paso y que si en ese palco resonó para 50 mil manifestantes la necesidad de ese paro nacional, y que el propio Pablo Moyano haya tenido que decir que se viene un paro nacional, es porque perciben que en las bases de los trabajadores, en muchos sindicatos, en muchas fábricas, esa necesidad se ve. Más allá de que la quieran usar después como una válvula de escape o para negociar, como siempre lo hacen distintos sectores burocráticos, sus propios privilegios, lo importante es que esa posibilidad del paro general se abra paso y eso siga alimentando la posibilidad de los debates, de la organización por abajo, como decía antes, de la coordinación de las luchas de los trabajadores y trabajadoras con otras luchas populares que seguramente van a seguir. Porque el gobierno va a insistir con el tarifazo y, en todo caso, el tarifazo del 1000%, del 800% es una locura, el del 400% que quisieron poner también lo es, y es imposible que pase, pero, en definitiva, cuando hagan las audiencias van a querer volver con tarifas infernales, y además las inversiones no aparecen, no van a aparecer en su gran mayoría, hay todo un problema económico que sería largo de desarrollar pero que todos nos damos cuenta que hay un círculo vicioso de recesión, de pérdida de puestos de trabajo, de caída del consumo, etc. etc. que no genera ningún tipo de beneficio de inversión en la medida que no alcancen los salarios chinos y la energía regalada, que tampoco puede regalarle el gobierno a las empresas, y la caída de impuestos tan enormes cuando el Estado tiene un déficit enorme nuevamente, incluso mayor que durante el kirchnerismo.
Entonces hay una situación de crisis, en el marco de una crisis mundial, que no tiene salida y, lo más importante, es que esos grandes capitales, con el grado de movilización de la clase trabajadora, tampoco van a acudir, por más que los llame desesperadamente y se sienta traicionado el presidente Macri, es decir que ese camino político-económico que quiere implementar el gobierno está bastante cerrado, y la lucha popular evidentemente nos va a permitir dar una discusión profunda acerca de otro modelo de país, de otra dirección de la sociedad que no sea la de los intereses empresarios, que siempre llevan, más tarde o más temprano, aunque cuando hay demasiado viento de cola como pudo haber después del 2002 o cuando los salarios arrancan desde muy abajo y hay algunas posibilidades de recomposición del empleo, más tarde o más temprano sólo traen saqueo, sólo traen explotación, sólo traen opresión, y, en definitiva, estamos en las posibilidades de debatir otro modelo que esté basado en la solidaridad, en los derechos de las mayorías populares, en una distribución de la propiedad y de la riqueza que tenga que ver con que quienes la producimos seamos quienes dirijamos las riendas de la sociedad. Bueno, eso en perspectiva parece lejano, pero vemos una situación crítica para el gobierno y una situación crítica también dentro de una oposición que por ahora está fragmentada, aunque busque unificarse, y la clase trabajadora, con una burocracia también fragmentada, con expresiones combativas que se han abierto paso en el movimiento obrero, en la medida que encontremos mayor capacidad de unidad, también entre esos sectores, menos tendencia a la discrepancia pública y andar caminos diferentes para cuestionarnos unos a otros, creo que podemos abrir paso a una participación activa de los trabajadores y trabajadoras, no solamente para frenar el ajuste sino para pensar otro rumbo para el país.