Parece casi ridículo pero es necesario repetirlo: los pulmones verdes son más que importantes para cualquier ciudad del mundo. Si nos preguntaran, cual encuesta callejera, si son importantes o no responderíamos con un SÍ rotundo, incluso lo haríamos con gesto de obviedad. Sin la hipotética encuesta continuara con la pregunta “¿te parece bien desmontarlo?”, nuestra respuesta sería otra pregunta: “¿me estás cargando?”. Pero no todo es tan simple u obvio en la vida. No para los funcionarios de la comuna quilmeña. Por lo menos para el Secretario de Servicios Públicos, Oscar García, la encuesta sería algo más complicada. No sabemos qué respondería en realidad pero lo que sí sabemos es que el no sabría qué es un pulmón verde. Tampoco el significado de la palabra “desmontar”.
Hacemos un poquito de memoria para entender. El domingo 17 de julio, los vecinos de Quilmes nos enteramos del desmonte de casi 4 mil metros cuadrados de los humedales de Bernal. Topadoras y máquinas pesadas se abrieron paso entre medio de la vegetación y árboles centenarios para dejar un terreno “limpio y liso”, libre de todo “obstáculo” natural. Nadie sabía qué pasaba hasta que Oscar García se hace responsable de lo sucedido. Lo hicieron “para poder arrojar ramas”. “Cometimos un error – continúa- y no vamos a continuar con esa tarea en la zona y buscaremos un lugar para hacerlo”. Concretamente usó la palabra “desmalezamos”.
No sabemos qué es más grave, si el hecho de que no sepa la diferencia entre “desmalezar” y “desmontar” o que no haya tenido en cuenta que ese humedal está protegido por la Ley Nacional de Bosques Nativos 26331. Podemos pensar en que nadie le avisó. Puede pasar. Pero él tampoco preguntó si todo ese verde servía para algo. Claramente le cabe la responsabilidad. Hacerse responsable significa no solo reconocer el error sino también enmendarlo. De esto último ni noticias. Incluso si miramos más arriba en la pirámide.
El intendente Molina optó por el silencio. Difícil de creer si observamos los daños causados por parte de su gestión. Difícil de creer sabiendo que hasta hace meses él vivía en la Ribera de Quilmes. Pensaríamos por un momento en que si eligió vivir rodeado de naturaleza, el chef defendería el hábitat sin pensarlo. Pero Martiniano no salió a decir ni una palabra al respecto. A pesar de que, días atrás, vecinos autoconvocados se movilizaran hacia el edificio municipal queriéndole entregar una carta para notificar el desmonte y exigir respuestas. El jefe comunal no dio respuestas y se fue por la puerta de atrás sin recibir dicha carta.
Volvamos un momento a nuestra encuesta imaginaria. Mientras que cualquier ciudadano reafirmaría la importancia de los pulmones verdes y no estaría de acuerdo con desmontarlos, García y Molina llenarían el casillero de “No sabe/No contesta”. Estamos viviendo entre quienes no saben y los que no contestan. Parece casi ridículo pero es necesario repetirlo : estamos viviendo entre la inoperancia y el silencio de funcionarios públicos ante temas fundamentales para nuestra ciudad.