Mientras el intendente desoye los reclamos de las y los despedidos de la Oficina de Empleo y Economía Social, las amenazas y amedrentamientos proliferan en distintas áreas municipales. Por Estatales en Lucha Quilmes.
El pasado miércoles 20 de julio las y los trabajadores despedidos de la Oficina de Empleo y Economía Social del Municipio de Quilmes se movilizaron al edificio municipal para reclamar su reincorporación y el cese de amenazas generadas justamente a partir de este reclamo. Transcurrida una hora de radio abierta, en la que se pudieron pronunciar todas las organizaciones presentes, el Dir. General César Di Diego recibió a los/las trabajadores/as y comprometió al Secretario de Gobierno para una reunión que se llevaría a cabo el lunes o martes de esta semana.
El compromiso fue ratificado al día siguiente por la asistente del Secretario y más tarde por el mismo secretario Fernando Pérez. Sólo restaba acordar el horario, pero el llamado de la asistente nunca llegó y Pérez no volvió a atender el teléfono.
Esta no sería la primera vez que el Secretario de Gobierno incumple un compromiso con este colectivo de trabajadores/as. Hace más de un mes había firmado la continuidad laboral del equipo y hoy se encuentran todos/as en la calle.
Esto demuestra que a la gestión del Intendente Martiniano Molina no le interesa la inclusión laboral y educativa de las mujeres en situación de violencia de género, las personas con discapacidad, la comunidad travesti/transexual/transgénero, los puestos de trabajo autogestionado por emprendedores, y toda la población que asistía a la Oficina de Empleo y Economía Social hasta que se ejecutaron los despidos.
Ante el incumplimiento reiterado de los compromisos asumidos por los funcionarios municipales, las y los trabajadores exigirán al Intendente Martiniano Molina tomar cartas en el asunto.
Pero este no es el único caso en que la actitud de diálogo, de la que tanto se jacta la gestión Cambiemos, es nula o se ejerce mediante amenazas y amedrentamientos. El martes por la tarde una trabajadora de la Dirección de Participación Social, perteneciente a la Secretaría de Desarrollo Social, fue amenazada en su lugar de trabajo por una patota que responde a la gestión de Molina.
Como consecuencia, las municipales han tomado la medida de suspender las tareas hasta tanto las autoridades no garanticen su integridad física.
Aparentemente el diálogo en el Municipio de Quilmes funciona de esta manera: cuando las y los trabajadores pretenden reclamar por sus derechos, o bien cuando sencillamente desean cumplir con sus funciones, la respuesta es la indiferencia total o directamente una amenaza.
