Luego del Bicentenario de la Declaración de Independencia, desde El Caminante analizamos lo que dejaron los festejos encabezados por el oficialismo. Un aniversario signado por frases que despertaron polémica en las redes sociales y personajes no muy bien juzgados por la historia. Editorial del programa radial de ayer en RK 91.9.
Hace 200 años, el Congreso de Tucumán declaraba que "las Provincias Unidas en Sud América se disponían a “romper los violentos vínculos que los ligaban a los reyes de España, recuperar los derechos de que fueron despojados, e investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando séptimo, sus sucesores y metrópoli”. Más tarde, la magnífica pluma de Medrano aclaraba para algún despistado, que estas provincias también se independizaban de “toda otra dominación extranjera”. Volver a poner el foco en aquella declaración de Independencia puede ser un buen comienzo para analizar el conjunto de significaciones que se construyeron en torno a los festejos encabezados por el gobierno de Cambiemos.
La política del macrismo fue clara: austeridad para los festejos del Bicentenario y la repetición de un discurso protocolar y vaciado de historia. En la vigilia del 8 de julio, el presidente Macri fue acompañado por el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, responsable político de la detención de Milagro Sala por manifestarse frente a la casa de la gobernación jujeña.
“Si hubiese habido otra alternativa, no hubiese tomado estas medidas”, fueron las palabras del Presidente de la Nación, intentando excusarse de las responsabilidades políticas que conlleva haber impulsado una serie de políticas impopulares que en sólo 7 meses tuvieron como consecuencia 4 millones de nuevos pobres y más de 100.000 despidos.
El sábado, los festejos se trasladaron a la Casa Histórica de Tucumán. Una vez más, la conmemoración del bicentenario se vio empañada por discursos vaciados de contenido político, se hizo una referencia casi por compromiso al colonialismo que sacudió a Latinoamérica durante sus más de dos siglos de historia oficial. En este caso, el acompañante de Mauricio Macri fue el rey de España, Juan Carlos I.
En el domingo de festejos la cultura no fue sonrisa rebelde sino seriedad castrense. Las orquestas militares nacionales e internacionales fueron las protagonistas del desfile militar que recorrió la Avenida del Libertador. Una vez más, el protocolo y el mandato de austeridad se impusieron a la celebración de la cultura nacional. Los funcionarios se vanagloriaron por el bajo costo de las celebraciones y por el retorno de las marchas militares.
“Claramente deberían tener angustia de tomar la decisión, querido Rey, de separarse de España”, fue una de las frases del presidente como para no perder la costumbre. Una caricatura de la determinación que tenían líderes revolucionarios como San Martín, Belgrano o Moreno, a la hora de defender la emancipación de todo dominio colonial.
En la misma jornada el presidente se refirió a los trabajadores argentinos con su dialéctica empresarial, criticó el ausentismo y sostuvó que “cada vez que un gremio consigue reducir la jornada horaria todos los demás argentinos lo asumimos como parte de un costo”. Fueron las palabras de un funcionario que en su período como diputado se ausentó en 277 votaciones y que como jefe de gobierno tuvo 260 días de vacaciones.
La historia reciente, marcó a fuego nuestro presente, los genocidas de la última dictadura cívico militar fueron parte de los festejos por el Bicentenario. En los preludios del gobierno dictatorial, el Operativo Independencia persiguió y asesinó a cientos de jóvenes, militantes, obreros e intelectuales. Los genocidas dijeron presente en el desfile militar realizado en la provincia de Tucumán. Asociaciones de supuestos “ex combatientes” del Operativo Independencia desfilaron frente al presidente y frente al Rey de España, vitoreados por el público y los locutores oficiales.
Las secretarias de DDHH de Tucumán y La Rioja repudiaron el hecho y sostuvieron la legitimidad de la Megacausa que se está llevando a cabo contra los militares del Operativo Independencia. Mientras que en Buenos Aires, los veteranos de Malvinas fueron opacados por la presencia de Aldo Rico, ex carapintada que encabezó sublevaciones para conseguir más impunidad para los genocidas del gobierno militar.
Pasaron los festejos por el Bicentenario de la Declaración de la Independencia de nuestra querida patria. Fueron encabezados por un gobierno que en sólo siete meses aumentó la deuda externa a 32.000 mil millones de dólares. Pasó un fin de semana plagado de personajes oscuros para nuestra historia y discursos que lejos estuvieron de defender la independencia argentina frente a “toda otra dominación extranjera”.