Con motivo de las condenas que se presentaron el pasado lunes contra algunos responsables de la brutal represión el 20 y 21 de Diciembre de 2001 en Plaza de Mayo, María del Carmen Verdú, abogada integrante de CORREPI analizó en entrevista con La Revancha (FM La Tribu) el fallo y sus repercusiones. Por Ana Schimelman, para La Revancha.
-¿Cómo recibieron el fallo?
-Más negocio que cruzar un semáforo en rojo y tener la desgracia de matar a alguien sin querer. La figura por la que fueron condenados, el homicidio culposo, es la que se aplica al que mata a alguien por negligencia, imprudencia o impericia, por no prestar atención a los reglamentos o descuidar los deberes a su cargo. Acá se está hablando de ausencia de intención. Por eso, cuando empezaba el juicio en febrero de 2014, desde CORREPI informamos que no íbamos a participar del debate, como veníamos haciendo desde diciembre de 2001 en representación de la familia de nuestro compañero Carlos “Petete” Almirón, uno de los asesinados en Plaza de Mayo, precisamente porque este juicio iba a ser la frutilla de la torta de la impunidad. Después de dejar fuera del debate al ex presidente Fernando de la Rúa, los demás condenados a lo sumo iban a correr el riesgo de una pena como esta. Los condenaron por ineptos, no por represores.
-¿El hecho de que se haya condenado al primer funcionario público por represión no puede verse como un rasgo positivo en esta sentencia?
-Por supuesto, pero la primera impresión es otra. La gente se queja de cuando alguien maneja borracho, mata a alguien y le dan solo 3 años de prisión. Acá estamos hablando de 39 muertos en todo el país, 5 solamente en el ámbito del Congreso y Plaza de Mayo. Estamos hablando de un Presidente de la Nación cuya impunidad fue garantizada con el cuento que inventó que fue admitido y avalado por la Justicia, de que él no sabía lo que estaba pasando porque estaba en un despacho sin ventanas, y como estaba muy ocupado en cuestiones de Estado tampoco estaba escuchando la radio ni mirando la televisión. Entonces, si bien es cierto que es histórico e inédito que se haya logrado la condena de un responsable político, tampoco se condenó al principal responsable, sino apenas a un alfil. El Ministro del Interior, Ramón Mestre, que en ese momento dirigía el aparato represivo murió impune, y el Presidente Fernando de la Rúa sigue impune hasta el día de hoy.
-Si bien ha habido un tímido avance con el ex secretario de Seguridad, ¿cómo se entiende que Fernando de la Rúa haya sido sobreseído? ¿Hay con esta sentencia posibilidad de apelar?
-No, justamente esta sentencia es la garantía definitiva de impunidad de De la Rúa, porque su sobreseimiento fue decretado antes de que se elevara la causa a juicio. Todos los recursos extraordinarios y de queja fueron rechazados por el argumento absurdo de que él no podía estar al tanto de lo que hacía la policía a veinte pasos de su despacho presidencial.
-¿Qué importancia adquiere este fallo en un contexto de avance del conflicto social ante el ajuste pero también de una implementación de políticas represivas por parte del Gobierno, como el protocolo anti-piquetes?
-Tanto el protocolo como otros anuncios semejantes vienen siendo derrotados de la única manera que el pueblo trabajador puede derrotar las medidas injustas y antipopulares del Gobierno: con la lucha y en la calle. El protocolo no viene teniendo aplicación porque decidieron no tener que confrontar con las multitudinarias movilizaciones que lo vienen poniendo en jaque. ¿Cómo se vincula esto con este fallo? Yo hoy miraba las imágenes de las docentes que fueron apaleadas en Ushuaia por la policía fueguina y pensaba, claro, cómo no las van a matar a palos sin ningún tipo de temor por las cámaras que los estaban filmando si estos otros se cargaron 39 muertos y les dan 4 años de prisión 15 años después. Es una señal muy clara de que, aún en un hecho tan incontrastable en cuanto a la responsabilidad del aparato estatal como fue la represión del 19 y 20 de diciembre, estos son los resultados que se puede esperar del propio aparato estatal cuando se auto-juzga.