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Reclamo por liberación terminó en nuevo caso de abuso policial

En horas del mediodía se produjo un corte en Av. Yrigoyen, por una familia que pedía que cese la detención de Carlos Alberto Flores ya que entendían que había sido injustamente encarcelado. Le siguió una fuerte represión policial, con golpes y exceso de autoridad contra mujeres y niños. El saldo: la esposa, la hija de Flores (de 14 años) y otro joven menor de edad fueron también detenidos.

La policía del distrito nuevamente está en el blanco de todas las miradas. El abusivo accionar, en este caso del cuerpo de la Comisaría Primera (al que le preceden en pocos días los casos de la requisa a los estudiantes del colegio Sagrado Corazón y la feroz golpiza contra un joven muralista por parte de la policía comunal), generó incredulidad y vergüenza ajena en las personas que estaban en la calle y en los alrededores del edificio de judiciales Quilmes y presenciaron toda la situación que allí se desarrollaba.

Carlos Alberto Flores y su hermano fueron denunciados por el robo de un auto y una vivienda en el barrio de Villa Lujan y, posteriormente, encarcelados.

Durante este mediodía se produjo el reclamo de parte de familiares y amigos, que pedían la liberación de Carlos, ya que lo consideran inocente. Dentro del grupo de casi 20 personas que se manifestaban se incluían mayoría de menores y mujeres. El fiscal de turno, Lucio Videla, coordinó y convocó a la policía para despejar la calle y terminar con el corte. Varios efectivos se acercaron a la gente para pedirles que lo suspendan.

El clima comenzó a ponerse hostil cuando uno de los agentes tomó una manguera para apagar el fuego que los manifestantes habían armado y allí se desató la violencia de las fuerzas policiales. Los efectivos de la 1era golpearon a todos los manifestantes, incluidas jóvenes mujeres que estaban allí, agarrándolas de los pelos, hasta que finalmente, y “al boleo”, detuvieron a 3 personas. Ellos son Dalma (la esposa de Carlos), su hija Magalí (que tiene 14 años y fue esposada y golpeada por el mismísimo comisario de la 1era) y otro joven menor de edad. A esto le siguieron escenas de insultos y discusiones con el resto de los familiares y amigos de Carlos Flores y el corte se vio levantado.

Fueron momentos de extrema tensión y mucha gente, azorada, se quedó mirando y filmando dentro y fuera del poder judicial. La defensora Silvia González, allí presente y el gremio AJB Quilmes (que estaban por desarrollar una asamblea justo allí mismo) intercedieron rápidamente e intentaron que la situación no pase a mayores y presionar para que liberen a los detenidos.

Pero lo grotesco de todo lo transcurrido no acababa aquí. Inmediatamente después del levantamiento del corte, el fiscal Videla, el mismo que intervino para que toda la represión se desarrollara, se acercó a las víctimas y familiares de los detenidos, para que junto con él fueran a hacer la denuncia contra la policía “por apremios ilegales”.

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