En la última semana se han hecho oír diferentes sucesos llevados adelante por efectivos de la policía comunal. Vecinos denuncian abuso a la autoridad e ineficiencia para combatir la verdadera inseguridad.
Todo empezó por redes sociales, primero comenzó a difundirse el vídeo de un joven esposado que gritaba a los oficiales que era inocente, “que se vayan a laburar”. El chico, que se encontraba realizando un mural de dibujos animados detrás de la estación de Quilmes, fue golpeado y detenido por efectivos de la policía comunal. “Acá a media cuadra tenes un transa y nadie lo va a parar. Le están vendiendo paco a los pibes y vos me paras a mí”- declaraba el joven desde el piso y esposado. No mucho después, este martes a la mañana, la policía comunal requisó a un grupo de estudiantes de 17 años que se dirigía al Colegio Sagrado Corazón de Jesús mientras festejaba el UPD (Último Primer Día), un festejo que es boom entre los jóvenes egresados. Los argumentos de la policía comunal para llevar a cabo la requisa fue que portaban bengalas, el vídeo filmado por una vecina de la zona muestra como uno de los jóvenes es empujado contra una reja por negarse.
Los testimonios hablan de insultos de los efectivos hacia los chicos y hacia los vecinos que se quejaban por el hecho. Este suceso causó gran revuelo entre padres y vecinos quilmeños, la noticia llegó hasta los principales medios nacionales.Varios son los vecinos que se vienen quejando del accionar policial. Estos hechos dan cuenta de la impunidad con que actúan estas fuerzas policiales, que en el caso de la policía local tuvieron una formación de 6 meses y hoy están en las calles portando armas. Fuerzas policiales que, según el decreto que las creó, están encargadas de proteger a los vecinos y vecinas de la comunidad y sin embargo detienen a jóvenes por “portación de rostro” y abusan de su autoridad para insultarlos y golpearlos. Paralelamente, organizaciones sociales y de derechos humanos denuncian que estas prácticas ejecutadas por la policía son comunes, muchos jóvenes que viven en barrios populares son retenidos y requisados todos los días sin causa aparente, aunque estos casos no se suelan dar a conocer ni se viralicen con la rapidez con que ocurrió con los alumnos del Sagrado Corazón.
